La imagen personal es lo primero que las demás personas ven de nosotros. Cuando nos presentamos ante la gente y aún antes de pronunciar alguna palabra, estamos transmitiendo datos e ideas sin quererlo. Aunque no seamos conscientes, todos proyectamos nuestra personalidad a través de la imagen personal que ofrecemos al exterior.
Se dice que sólo bastan unos segundos después de un primer encuentro, donde hay un periodo crítico y en el cual se forman las primeras impresiones acerca de alguien. Cualquier idea que se forme durante estos primeros instantes, se verán reforzadas de acuerdo al comportamiento.
Aunque es una frase trillada, no hay nada más cierto en: “la primera impresión es la que cuenta”. Si la impresión resulta positiva, se ha ganado mucho terreno, por el contrario, hacer cambiar de opinión a la otra persona puede tomar el doble, triple de tiempo o a veces jamás cambia.
Dentro de la educación tradicional, tenemos clases de civismo, física, ciencias naturales, pero nadie nos enseña cómo vestir de manera apropiada, conocer nuestro cuerpo, aceptarlo y vestirlo de acuerdo a su estado actual para cada ocasión. Regularmente la imagen personal se aprende de acuerdo a nuestro entorno y condiciones y raramente se estudia o se le pone la atención suficiente.
Nuestra meta es ayudar a esas mujeres y hombres a capitalizar su imagen personal en logros profesionales. Estoy convencida que el desempeño de una persona en el lugar de trabajo es directamente proporcional a la comodidad de la imagen personal.
El primer gran reto profesional al que nos enfrentamos es causar una buena impresión. Por eso, te queremos ayudar.
Mi premisa es salir de los estándares de imagen personal, romper reglas, voy a convertir tu trayecto de cambio en una experiencia fascinante.
“No existe una segunda oportunidad para causar una buena primera impresión”.